domingo, 11 de octubre de 2020

MAÑANA DE LIBERTAD

 


Debajo de las cáscaras de piel
estoy yo.

Yo, con esta mínima presencia
al universo
pero con esta magnitud de vida
tan inabarcable
que de pronto
me sorprendo
enrollando mis propios hilos
tendidos
hacia innumerables otros
que a veces los cuidaron
otras los soltaron
y muchas,
los dejaron pasar.

A mi vez...
¿cuántos hilos he cortado?
Desde mi memoria
son tan escasos
que los dedos de mis manos
podrían asistirme sin dificultad,
para contarlos.

Sí, lo confieso.
He cortado hilos
no por malos (aunque los ha habido
y muy cerca)
sino por el ejercicio de mi libertad
aprendido a los tumbos
a desgarros
a costo de sufrimientos evitables...

Evitables, sí. ¡Qué torpe suena ahora!

Y es que
si supiéramos, al involucrar
nuestras emociones
en nuevos hilos tendidos,
los riesgos que ello implica,
quizás
nos quedaríamos con el ovillo armado
guardado
intocable
resguardado en nuestras profundidades.

Pero...
¿De qué serviría el no-riesgo?
¿Seríamos más libres?
O al menos, más sabios,
menos lastimados,
más plenos...

Debajo de las cáscaras de piel
estoy yo.

¡Yo!
Que también soy cáscara
por lo tanto... También soy piel.

Y me renuevo en cada descamación
ya consciente.
Sin esperas de más
para darle luz a las ideas.
Sin el miedo que me infligían
los ojos ajenos
anidados al nivel de mi nuca
o establecidos cómodamente
en mi frente.

Es mañana de confesiones.
Porque sí.
Porque me salen
y porque me asisten urgidas.

Es mañana de más libertad.
Más entrega.
Más siembra de caricias
hechas palabras.

No soy más que ayer.
Sigo siendo una minúscula expresión
de latidos inaudibles desde afuera.

Sin embargo
yo los oigo
y allí es
donde mi libertad,
comienza.

---
María Inés Iacometti
SANTA FE - ARGENTINA
10/10/2020

2 comentarios:

  1. Un ser humano Misterio. Del que nunca dejaremos de sorprendernos. Y que siempre camina hacia sí mismo descubriéndose. Nuestra poeta se sabe así: tejido interminable. Un ovillo del que se pueden bordar, sin duda alguna, los mejores poemas. Y deja claro que ese ovillo antes tomó su color en aguas eminentemente terrenales...eminentemente carnales. Cáscara tan natural y trivial como trascendental.

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    1. La trascendencia es en sí misma, el milagro. Tu compañía, querido José, me lo ayuda a descubrir. Gracias por tanto. 🌹

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