sábado, 30 de enero de 2021

Antes

 


Antes de consumirme en la desidia
envejeciéndome los ojos
las entrañas.

Antes de que el sueño no me asista
y el equilibrio de pensar
se lance hacia un declive interminable.

Antes de que el frío me desarme
y el oprobio me fulmine
apagando mi sonrisa con la sal
de las muertes insensatas.

Voy a caminar de otra manera.

Voy a torcer la senda que me seca.

Voy a intentar sembrarme primaveras
y miradas y flores
todas frescas.

Voy a salirme del renglón
y a trazarme en otras metas.

Voy a agradecer y a acompañar
al que me entienda.

Voy a regalar dos besos
-en la sien y en la mejilla-
a quien decida juzgarme en esta afrenta.

Seré indulgente con quien
mi corazón elija
y absolutamente indiferente
con quien intente
molestar mi paz.

Antes de que lo amargo
me suba por los huesos
y escupa venenos
por la piel o la palabra...

Voy a caminar distinto
en amor y por amor

por quienes quiero

por mí.

Voy a hacerlo.

---

María Inés Iacometti
(escrito en diciembre de 2018)

jueves, 28 de enero de 2021

Costumbre de amor




Tengo costumbre de amor.


Así de simple.

Y no es que me acostumbre
a ser costumbre.

No es eso.

Es que yo me acostumbré al amor
y no puedo desacostumbrarme
a pensarlo
a verlo
a encontrarlo
a esperarlo
a quererlo
¡a sembrarlo!
a mimarlo
a mirarlo
a sentirlo

y abrazarlo...

Me acostumbré al amor

así de simple

y no quiero dejarlo.


María Inés Iacometti

 

domingo, 17 de enero de 2021

Niño perdido en la nada

 


Quién te amará niño mío
que te han sacado del vientre.
Quién sostendrá tus manitos
cuando de noche despiertes.

Quién te amará niño mío
cuando tu boca sedienta
busque la leche del pecho
que no quiso que vinieras.

Quién te amará niño mío
que sin nombre te has quedado
en el andar, suspendido
en el temor, destrozado.

Cuántas razones y excusas
pesaron más que tu vida.
Cuánta desidia invocada
en favor de tu desdicha.

Si tu cuerpo ya latía
si tu espacio ya tenías
¿por qué negarte la luz
para todos prometida?

Quién te amará si borraron
tu existencia por temprana.

Si no cuidaron tu voz
que en el silencio clamaba
por un amago de sol
o de estrella que escuchara
un deseo pasajero
que de esperanza pintara
el mundo sangre y horror
en un útero-desgracia...

¡Yo te amaré niño mío!
Niño perdido en la nada.

Yo te acunaré en mis brazos
y te cantaré las nanas
que le canté a mis hijitos
para que duermas en calma.

Yo te nombraré, mi Ángel
por piedad, esta mañana.
Tu vida así será plena
en un lugar que morada
tendrá nueva y espaciosa
cuna blanca preparada.

---
María Inés Iacometti
16/01/2021
Por todos los niños que no pudieron nacer.

viernes, 8 de enero de 2021

Hasta volver a vernos



Percibo tu perfume

en el abrazo profundo
que te sigo dando
aún después de despedirnos.

Mis ojos no ven más tu cuerpo
pero el sol no se apaga
sin que te hayas hecho presente.

Te encuentro en el gorrión y en el árbol.
En la nobleza del romero
y la insistencia alegre 

de cada colibrí.

Te escucho en un tango
y en una canción de Mercedes,
te canto.

Con Morelli te evoco
y en tu emoción, me emociono.

¿Hay fechas especiales
para recordarte?

Tal vez mi deber solo sea
este día

como una simple escribiente
dibujarte con palabras
para que no te extrañe el papel.

Porque yo...
 

Yo te tengo todos los días
hasta volver a vernos.

María Inés Iacometti

Recordando a mi papá:
Norberto Luis Iacometti 🌹
(12/09/1949-8/01/2006)

miércoles, 6 de enero de 2021

Que escribiera

 


A veces me preguntan
en qué parte de mi historia
estaba escrito que yo escribiera.

Entonces
sin respuestas inmediatas
decido evocar a ese río
que me tuvo entre sus brazos
y me acunó por un rato
cuando era muy pequeña.
Una parte de sus aguas
me habitó sin previo aviso
se entremezcló con mi sangre
por eso creo...
El río quiso
que yo le escribiera.

Luego llegan camalotes
a mi mente buscadora.
Ellos
viajeros constantes
nómadas de estas tierras
que por su esencia no arraigan
solo visitan orillas
transitan cauces bravíos
y salvan
como de paso
a alguna niña indefensa...
Se propusieron de lecho
para que no sucumbiera.

Los camalotes también
quisieron que yo escribiera.

Mi abuelo,
pródigo en dulces y sapiencia
que con un intenso rojo
alentaba mis dibujos
de trazos torpes y flojos tonos celestes
apenas adivinables.

Mi madre
con su entereza
protegiéndome del fuego y del frío,
contagiándome valor
aun sin creer tenerlo.

La espalda amplia de mi padre
su habilidad, sus manos,
su renovada destreza
que arreglaba hasta los sueños
desde el borde de una mesa.

Los domingos, mis hermanos.
Más adelante el amor, mis hijos,
los amigos que quedaron...

El sol, la lluvia, los vientos
y hasta la luna
-que no reclama-
-estoy segura, ahora sé,
quisieron que yo, con palabras
les dijera mis memorias
les rindiera mi homenaje.

La vida en fin
en resumen
me pidió que le escribiera.

María Inés Iacometti


martes, 5 de enero de 2021

Para seguir caminando


 


Quiero soñar mañanas
sin perder ni una migaja
del hoy.

Quiero que mis ojos
miren el futuro
pero me exijo no olvidar los tuyos
detrás de barbijos e incertidumbres.

Quiero pregonar la fe
con la convicción de lo aprendido
y declararme libre de amar,
universalmente.

Veo el espacio trazado
entre cada uno de todos
como una firme protección al aura
(a ella, que herida y maltratada,
ha pedido su auxilio
a la naturaleza).

De pronto,
somos millones de "yo"
pensando en millones de "tú"
y reaprendiendo el sentido
del mutuo cuidado
sin la invasión del espacio
que al otro, fue concedido.

Necesitamos los abrazos, sí,
pero jamás como hoy,
fuimos conscientes
de la comunión y confianza
que ellos implican.

Que no nos perdamos el hoy
por pensar qué será de nosotros,
mañana.

Es urgente que aprendamos
a sostener el ahora

para seguir caminando.

María Inés Iacometti