Quiero soñar mañanas
sin perder ni una migaja
del hoy.
Quiero que mis ojos
miren el futuro
pero me exijo no olvidar los tuyos
detrás de barbijos e incertidumbres.
Quiero pregonar la fe
con la convicción de lo aprendido
y declararme libre de amar,
universalmente.
Veo el espacio trazado
entre cada uno de todos
como una firme protección al aura
(a ella, que herida y maltratada,
ha pedido su auxilio
a la naturaleza).
De pronto,
somos millones de "yo"
pensando en millones de "tú"
y reaprendiendo el sentido
del mutuo cuidado
sin la invasión del espacio
que al otro, fue concedido.
Necesitamos los abrazos, sí,
pero jamás como hoy,
fuimos conscientes
de la comunión y confianza
que ellos implican.
Que no nos perdamos el hoy
por pensar qué será de nosotros,
mañana.
Es urgente que aprendamos
a sostener el ahora
para seguir caminando.
María Inés Iacometti
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