lunes, 27 de noviembre de 2023

¡Cómo!



Cómo no amarte en tus manos

milagro extendido

entre la tierra

             y la piel.


Cómo no buscar ese rincón en tus labios 

que me pronuncia 

             aún sin voz

en el gesto

              en la intención.


Cómo no amarte en cuanto te sé 

y en lo que me falta

con tus argumentos válidos 

y los que creo absurdos

que solo escucho para que a tu vez 

oyéndote

los refuerces y defiendas

                o descartes...


Cómo no interpretar tus silencios

si ellos me hablan de vos

y me llevan

directamente a tu almohada.


Intervenir la aurora

y dibujarte en ella.

Sembrarte de memoria

               a tientas.


Cómo no habitarnos 

mutuamente 

en esta impertinencia

que dice a gritos


                quiénes somos.


María Inés Iacometti

domingo, 13 de agosto de 2023

Externalidad


Cuando el espejo mira mi rostro
¿puede decirme quién soy?
¿Qué ve él de mí?
¿Estoy en él
o sigo estando tan en mí
que no logro contemplar
mi representación 
en su faz acuosa
        magnética
              enigmática?

Él me trae mi exterior
y yo sigo insistiendo en hallarme.
¿Cómo podría ver él
lo que quiero explicarle
si no descifra más 
que códigos gestuales?

Externalidad...

¿Yo soy la que él ve?

¿Cómo escribiría él
       en su pecho
lo que palpita en el mío
si no logra un mínimo rasgo
de mi sonoridad?
       Me he acercado
            en de prontos
       para ver si lo hallaba
       dibujándome con música
       y no ha sido posible escucharlo
            escucharme en él.

Mi espejo no habla.
Y creo que tampoco siente
porque puede imitar mis lágrimas
           a veces
pero por más que lo indague
no me devuelve motivos.
Sigue intentando copiarme.

Quizás
él sea más genuino que yo
o más sincero...

Dicen que los silencios hablan.

¿Por qué yo espero la irrupción de voz?
¿Acaso osaría él
decirme las verdades que yo
elijo callar?

O quiere mostrarme
las que tal vez
desde mí
no veo...


María Inés Iacometti

martes, 18 de julio de 2023

Cuando los silencios hablan



Si mis ojos te miran y al mirarte 
imploran compañía...
No hagas caso, 
es que a veces se cansan de los grises 
y necesitan alas.

Si mis labios dicen poco y callan mucho...
No escuches los esfuerzos al silencio, 
que pueden quebrarse 
y no entender distancias.

Si mis cejas se empecinan en arquearse
montadas en la espalda de un reclamo, 
será mejor que no las veas, 
pueden hablarte 
                        más que los labios.


María Inés Iacometti

miércoles, 15 de marzo de 2023

Y nos quedaste



Consuelo de mi alma.


Dulce néctar que va reverdeciéndome.

Estrella fugaz
decidida a olvidar su esencia
para quedarse conmigo
y consciente de su esplendor
habitarme.

Ademán primigenio no ejercido
que viene a ser en mí.

Anuncio resguardado
tan celosamente
que ni las hadas ni las aves
pudieron sospecharte en mi vida.

Melodía quieta de notas.

Cuando el universo descansaba de su obra
llamaste a mi puerta
como si todavía importara rescatarme
como si todavía
hubiera nuevas palabras que decir
y más sentires que estrenar.

No tuviste la cautela
de prevenirme a tiempo
y dejar que yo levante mis muros
cierre todas las entradas
encadene mis manos
apague mis ojos
duerma mis latidos.

Simplemente

en una eclosión inusitada
como si mi útero
aún estuviera en mi vientre
y a mis entrañas
les quedara vida,
me desdoblaste los contornos
por plegarlos con los tuyos;
me arrancaste la desidia crecida
sin temor a su condición
y me amaste, simplemente,
me tomaste para no dejarme ir,
con el firme propósito
de extinguir mis soledades.

A mí, que ya nada me anclaba,
me declaraste tu puerto
y nos quedaste
amor de nuestros últimos tiempos.


María Inés Iacometti

miércoles, 8 de febrero de 2023

Él... Pasa

(A un hombre cuya mirada, no se olvida)


Él solo pasa
y siempre camina hacia el Norte
quizás
buscando el punto cardinal que al fin
lo oriente.
Quizás
intentando comprender
su brújula descalibrada
que lo ha puesto en situación de calle
desde hace tanto tiempo...

Él solo pasa
y siempre camina hacia el Norte.
Con las venas notorias en sus manos
y el sol absorbido completo
en la piel.

No pide nada.

Sus pies agotados intentan obedecer
a unos zapatones rotos
que lo acompañan
desde quién sabe cuántos pasos.

Rotos
también
el pantalón
la camisa
la espalda...,
con ritmo quedo
y un cigarro convidado
de tanto en tanto
pasa.

Siempre camina hacia el Norte
y su mirada
tampoco pide nada
pero en un verde que interpela a la esperanza
se graba
a fuego
en la memoria
en el alma.

Quizás él solo sea
la imagen de los tantos
a los que no vemos.

No pide nada
él solo... Pasa.

María Inés Iacometti