jueves, 28 de mayo de 2020

Delirios de madrugada

Mis acordes te recuerdan
como un remanso esperado,
como ese alivio que no se busca
pero se anhela
al despedir la tarde.

Y te vibro y me rasgas,
juego sutil
de sonoridades incorpóreas,
que se trepan
conquistando los silencios.

Y me quedo y me alcanzas,
llamas creciéndose mutuamente
y mutuamente también,
se amansan.

Caprichos, palabras,
montura puesta al revés.
Inquietudes​, madrugada.
Espejos de no figuras.
Manos que se forman, braman,
emergentes del sin sentido
por trascender,
por burlar la nada...

Te recuerdo y te traigo,
y te elevo
y se me antoja tocarte,
y es bueno.
Porque estás.
Y en este instante,
si te trajiste o no, no importa.
Te tengo y eso,
eso me basta.


María Inés Iacometti