Regreso
constante y empecinadamentea vos.
Tu espacio me invoca
me invita
y ya no tengo memoria del mío
sin tenerte.
Puedo volar o correr
dormir, decir, viajar,
pero mis huellas
siempre
tienden a las tuyas.
El otoño se pinta en mis hojas
y no destiñe tus verdes
constantes, firmes, perennes.
Vuelvo a vos
en lo mayúsculo
y en lo nimio.
En el éxtasis
y en los jugos
que lo traen.
El néctar de tu piel
me reclama
y te libo completo
sin tabúes
ni ataduras
haga sol
o plena escarcha.
Mi esencia te nombra
con voz propia
y es un imán que te encuentra
sea el tiempo
o a deshora.
Regreso.
Volvés.
Y todo se hace nuevo...
Se pare el universo
por nosotros
en gemidos
que vos y yo
a bocados
aprendemos.
María Inés Iacometti