jueves, 15 de julio de 2021

Cuna y árbol


Cuando pienso en la maternidad

me percibo cuna y árbol.

Cuna
porque en la profundidad de mi ser
se me figuran concavidades
que a distinto tiempo
se saciaron
y al rebasar sus capacidades
se brindaron a la luz.

Árbol
porque los brazos mecen
como las ramas
y soportan, y sostienen
y ensayan melodías con el viento.
Cantan nanas...
Mi tronco-cuerpo
es hito para mis hijos
es referencia vital.
Es lugar al que llegar siempre
es amparo y es sombra que repara,
que da aliento e invita a seguir.
Las raíces-convicciones-valores
el más grande legado
que ejercerán
abonarán y cuidarán
más tarde o más temprano.

Cuando pienso en la maternidad
sin ninguna duda
soy cuna y soy árbol.


María Inés Iacometti

domingo, 11 de julio de 2021

Aromas de infancia



¿Qué pasaría si mi memoria

quisiera convocar
un día
los aromas de la infancia?

¿Volvería mi abuela
a sentarse en la vereda
con sus pies blancos
-exagerados en talco-
y su aroma a colonia alimonada?

¿Regresaría la nostalgia
con perfume a madrugada de domingos:
mates, radio y papá,
enhebrando sueños
en cañas de pescar?

O quizás,
se recrearía el invierno persistente
que pasaba inadvertido
por el calor del horno y mamá,
atareada en comidas caseras
(curadoras de apetito y frío
en unos pocos bocados).

¿Llegaría el aroma inconfundible
a sopa caliente de aquel tiempo
al comedor de la casa?
(Allí, con un poquito de esfuerzo
hasta podría colarse el abuelo
y su magia de rallar el queso
para que no se nos quemen los labios
al acercar la cuchara).

¿Correría el viento
una vez más
-con desenfreno y azahares-
desde el patio-paraíso
anunciando primaveras de triciclos,
montado a las risas
de mis hermanos?

Pienso que tal vez,
hasta regresaría la lluvia temprana
a prologarse con su humedad
en mis calles
que eran de tierra...

...

Detenernos, cada tanto...
Preguntarnos:
cómo olía el rocío de entonces.
Cómo las manos
de nuestros seres queridos.
Cómo la noche, la mañana...
Cómo el pasto, cómo el río...

Tal vez
nos alivie de a ratos
y nos vuelva, de a pedazos,
aquella frescura inocente
que -sin despedirse- se fue,
un día que no recordamos.

---
María Inés Iacometti

viernes, 9 de julio de 2021

Mi patria


Si hablan mal de mi patria

yo les digo ¡respeten!

Ahora es sencillo verlo de otro modo.
Ahora el progreso nos hace valientes.
Ahora el coraje te saca del lodo.

Si hablan mal de mi patria
yo les digo ¡respeten!

La sangre esparcida de gente inocente
nativos los muchos, acriollados otros
personas distintas con sangre caliente
que sobre la marcha pusieron la frente.

El alma entregaron, el temor guardaron
y a los ideales de una vida libre
respondieron plenos urdiendo legados.

Si hablan mal de mi patria
yo digo ¡respeten!

Respeten la historia que aunque malherida
es la que nos sabe, es la que nos lleva
en su entraña abierta, crisol de semillas
que crecieron juntas en variada siembra.

Siempre nos quejamos, siempre mejor otros
y hasta convencidos quizás nos vayamos
a nuevos parajes que nos den cobijo
mas cuando bien lejos escuchemos tango
chamarrita o zamba, chamamés o gatos
sabremos que siempre seremos de acá
que nuestras raíces aunque entremezcladas
se han prendido fuertes en tierras del Plata.

Si hablan mal de mi patria
yo digo ¡respeten!

Y acá lo repito, adentro o afuera
quien sea impecable tirará su piedra.
La recogeremos, construiremos sendas
que sigan llevando, el sudor, la lucha
el acierto claro y hasta el desatino.

Respeten hermanos, la tierra y el techo.
Sea grande el honor de ser ARGENTINOS.

María Inés Iacometti