Cuando pienso en la maternidad
me percibo cuna y árbol.Cuna
porque en la profundidad de mi ser
se me figuran concavidades
que a distinto tiempo
se saciaron
y al rebasar sus capacidades
se brindaron a la luz.
Árbol
porque los brazos mecen
como las ramas
y soportan, y sostienen
y ensayan melodías con el viento.
Cantan nanas...
Mi tronco-cuerpo
es hito para mis hijos
es referencia vital.
Es lugar al que llegar siempre
es amparo y es sombra que repara,
que da aliento e invita a seguir.
Las raíces-convicciones-valores
el más grande legado
que ejercerán
abonarán y cuidarán
más tarde o más temprano.
Cuando pienso en la maternidad
sin ninguna duda
soy cuna y soy árbol.
María Inés Iacometti
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