martes, 25 de agosto de 2020

Al oído

Hablarte en susurros y al oído
es como pedirle su guiño al viento
para que, escondida entre sus brazos,
me permita rozarte, merodearte,
calmar tu fiebre de nostalgias,
 

y amarte...

Es suavizar mi voz hasta el punto
en que solo suenen en ella
mis sentimientos profundos,
esos, que solo a veces digo.

Caminarte como en puntas de pie
recorriendo tu delirio en imaginarias olas
que de a ratos, tienen riendas,
de a ratos, se desbocan.

Ser torbellino y calma.
Enredadera y túnica blanda
que se enlaza y se funde con tu piel
desde muy cerca
y también a la distancia.

Susurrarte es jugar a contenerme,
dosificarme las pasiones,
las palabras...
Es dar paso solo a la ternura
y que, de a tramos,
se vaya tiñendo de ganas.

Es rico y fresco
y es todo lo demás.
Es lo que vivimos o soñamos.
Lo nunca perdido, lo rescatado...

Hablarte con susurros, al oído,
es revelarte de a poco mi verdad
pero sin que jamás
vaya a enterarse nuestro destino.


María Inés Iacometti

3 comentarios:

  1. Nos traslada la bella poeta al mundo de lo sutil. Lo sutil existe como contraparte del acercamiento soez y violento. Lo sutil como el lenguaje más allá del lenguaje, de lo ordinario. Despertar de sangre sutil...muy sutil. Y quizás la sorpresa:a través de sus blancas demostraciones (sutilmente) no hay nada que no se comprenda. Gracias.

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    1. Es una convicción... Las sutilezas oportunas, a un buen entendedor, dicen mucho más que el lenguaje directo. Gracias por estos comentarios que enaltecen las palabras. Te abrazo 🌹

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