Se impregnaron de eneros
cuando todavía el invierno
habitaba los techos y las ramas.
No sabían qué sería
de ese momento mágico,
encontrado, repentino,
que se abrió paso
entre dos estrictas soledades.
Nadie llamó a nadie.
Todo se creó ante ellos.
Él entregó caricias nuevas
y ella las recibió.
Lo demás, es un pacto
entre la aurora y los dos.
María Inés Iacometti
Y la encantadora poeta nos habla de las invitaciones del azar. De esas que no están en ningún calendario...en ninguna agenda, y va más allá, al otro infaltable ingrediente:la osadía. Pero no una osadía como una rebelión...no...la osadía como una natural apertura...como un "bienvenido eros te estaba esperando". Así de tierna,conmovedora y clara es nuestra poeta. Gracias.
ResponderBorrarSin calendarios y solo con algún ocasional testigo desprevenido del atardecer... Así siento a estos personajes que fueron invitados a mi poema. Gracias 🌹
BorrarUn placer.
BorrarJ.R.