martes, 28 de julio de 2020

Ayer

Cuando solo suponía perfiles
de alguna libertad prestada.
Cuando imaginaba siluetas
en el vaivén de la escarcha
confundida en la marea
de certezas tan ajenas,
como efímeras y falsas.

Ayer,
que me abrazaba a mí misma
para no darme vergüenza
y me cubría la espalda
por evitar la tiniebla.

Ayer 
comprendí el real valor de vivir.

Y me hallé felizmente superada
por la razón de mis hijos.
Me supe aprendiendo
del color, los recorridos.
Dejé de temer a la sangre
y a la muerte,
y pude hablar con las dos.
Logré mi anhelo de paz
en territorios hostiles.

Ayer, justamente,
me decidí a nacer.


María Inés Iacometti

2 comentarios:

  1. Haber...haber...no quiero pecar de subjetivo.Nada más que a mi humilde entender son pocos los y las poetas que logran plasmar con suavidad esas terribles circunstancias pobladas de derrumbes y de edificaciones.
    María Inés lo logra y deja abierta la puerta:siempre se puede renacer.

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    1. Siempre es posible nacer de nuevo para mejor caminar. Gracias por tus palabras José. Ya sabés cuánto me halagan.
      Te abrazo.

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