Aquel día
en el que las nubes
se aproximaron a los dedos
y con cabellos húmedos,
se dejaron tocar...
En esa textura extraña del recuerdo
que balancea lo real
y lo imaginado
con un zigzagueo constante...
Ahí,
en el eclipse soñado
que permitió solo
las luces necesarias...
Fuimos.
María Inés Iacometti
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