viernes, 24 de enero de 2020

De a trazos

Acaso no sueñe
como todos lo hacen.

A veces inhalo febreros
y exhalo soledades
de anhelos perdidos.

Despierto noviembres
y encuentro pétalos nuevos,
entonces...,
surgen plegarias.

Aquietar el sol en los ojos,
solo por intentar el sueño,
es la misión más cruel
que se pueda pedir a un niño.

Por eso no fuerzo la noche,
tampoco el gozo ni el tiempo.

Dejo que lleguen
despacio a mi pecho.

Que se rindan los párpados.
Que se apague el día.
Que se dé por vencido
el silencio.

Esa es mi forma
de no matar la luz
y encender -de a trazos-
los sueños.

María Inés Iacometti

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