Y si el amor no alcanza a realizarse
en estas miradas.
En esta detención de pulsos
que se olvida del tiempo.
En este pedazo de inconsciencia
en el que la nada
se hace una con los dos
y solo, somos...
Habrá que pensarnos
en otra estrategia,
en otras formas,
en otras vidas.
Mientras tanto
y eso llega,
seamos la ternura hecha emoción,
la imagen que brilla sutil
en una lágrima
y se guarda
(para no perderse).
Amparémonos en nuestros ojos.
Sigamos viviendo
-por piedad-
en estas miradas.
María Inés Iacometti
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