Necesito mirarte
y no
pensar oscuridades
en
tus ojos.
Quiero
poder confiar
en
mis instintos
y
encontrarte
como
sos,
del
otro lado de mis sueños.
Es
imprescindible
la
sinceridad
desde
vos hacia mí,
desde
mí hasta vos.
Porque he logrado
mi equilibrio emocional
(después de mucho andar)
puedo ofrecer
la armonía que viene
a sumarse a la tuya.
No la quiebres,
no la desperdicies,
no pretendas completarme.
No insistas en poseerme.
Yo me entrego al amor
con amor y por amor
cuando mi corazón lo decide.
Estoy lista para cuidar
tus sueños
y también
para desvelarte
pero prescindo de vos
si el vuelo no es de a dos,
sincrónico,
armónico,
rítmico,
pacífico.
Me nombro río
que puede canalizarse
en tus arterias
o inundarte
según el tiempo y la devoción
que nos procuremos.
Soy el llanto y el consuelo.
La brisa que calma
y el volcán que enciende.
Amame, valorame, creeme,
acompañame, seguime,
proponeme, respetame.
Te amo, te escucho, te pienso,
te sueño, te aprendo,
te siento, te enseño.
Soy todo. Sos todo.
Juntos,
somos milagro.
María Inés Iacometti
MUJER PRESENTE - MARZO 2020
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