lunes, 30 de marzo de 2020

Apenas una Canción

Señor,
¿cómo se escribe su nombre?

¿Cómo es que se escribe Tango
sin saber el bandoneón?
¿Sin vibrar en procesión
con sus aires tan dolientes?
¿Sin su susurro descalzo
caminante de la piel?

Señor,
dígame ¿cómo osaría
pretender siquiera letra
que le fuera develada
a una Eladia siempre eterna?

Si aunque intento sin descanso
honrar la vida con vida,
me equivoco, me suprimo
y tantas veces        me tacho.

Aunque me animé a cantar
la falta envido con veinte,
siento el verdor en mis cartas,
me falta el hollín, el café,
las horas de andar veredas,
las distancias, madurez...

Disculpe pues mi torpeza
y con respeto a su honor,
hoy regresa a algún cajón
este intento impertinente
que ha nacido solamente
para ser simple Canción.



María Inés Iacometti

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