jueves, 25 de junio de 2020

Nombrándote

En este atardecer
que por su impiedad
me sabe a hiel,
te nombro.

Torbellino de olvido
que me deja de pie
ante el frío del adiós.

Lo recuerdo:
el desdén se llovía
y en mi angustia
solo intenté un café,
pero me pudo la nostalgia...

Bebí la sal de mis lágrimas
y allí quedé
como hoy,
otra vez
nombrándote.

 

María Inés Iacometti

3 comentarios:

  1. Que la vida no está exenta de desgarros. Qué el desgarro llega cuando has puesto toda la carne en el asador y que así tiene que ser. Que es en este mi pellejo,y no en el del otro,que yo me juego la vida.
    La poeta no deja ninguna variable por fuera. Esa es la advertencia.
    Alma acrizolada la de quien escribe.
    Gracias.

    José R. Hernández V.

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    1. De eso se trata, querido José. No he venido para guardarme nada. Si la vida quiere aún, tenerme caminando por estos lares... ¡A sembrar se ha dicho! Y por supuesto, a mi manera, porque ya decidí correr ese riesgo.
      Gracias.

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